El teatro isabelino se desarrolló desde fines del siglo XVI hasta mediados del siglo XVII. Tuvo especial importancia en su desarrollo la reina Isabel I, actualmente lo más parecido que tenemos a día de hoy son las representaciones en el teatro de Mérida.
Los teatros de la época isabelina eran majestuosos edificios circulares, al aire libre. Tenían una plataforma de escenario elevado en el centro con un área de fosa rodeando el escenario.
El público estaba en el pozo durante las actuaciones. Los privilegiados pagaban más por estar sentados en las butacas de teatro en la galería. La galería se componía de varios niveles de asientos en un balcón. Había una torre detrás de la galería, que se utilizaba para el almacenamiento, y una torre detrás del escenario, que se utilizaba en el teatro. En la parte superior de cada torre había trompetas que anunciaban el comienzo del espectáculo
El escenario principal era una plataforma elevada en el centro de la sala. La pared posterior del escenario tenía dos o tres puertas con telones colgantes, y varias puertas trampa que permitían a los actores salir y entrar del escenario en puntos diferentes. La torre detrás del escenario tenía maquinaria que levantaba y bajaba a los actores y objetos para crear efectos especiales. Un telón sobre el escenario estaba pintado de azul con estrellas para representar el cielo y para proteger a los actores de la intemperie. Se llevaban los accesorios al escenario sólo para ayudar a la acción, y no volver a armar la escena. Armar la escena en el escenario seguía siendo la responsabilidad del narrador, a día de hoy existe la figura del maquinista de escena o tramoyista, que diseña y organiza la escenotécnia.
Las obras se realizaban generalmente en los meses más cálidos, ya que una zona estaba al aire libre. Se hacían en las primeras horas de la tarde, para que la luz del sol pudiera entrar; los teatros no tenían techo.
No había, prácticamente, escenografía: sólo algunos accesorios o paneles. Los lugares en donde iba ocurriendo la obras se describían en ella, o se pasaba un cartel que indicaba cuándo había un cambio de espacio.
En nuestros días el mundo del teatro ha ido evolucionando conforme se desarrollaba la técnica en arquitectura teatral como en los elementos escénicos, desde butacas para teatros, como los telones y demás complementos, adornos y pasamanería.